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Cuando darlo todo no es suficiente: Derrota del Alimerka OCB ante Movistar Estudiantes

El Alimerka Oviedo Baloncesto ha caído por 76-78 ante Movistar Estudiantes en un partido que luchó hasta la extenuación, en el que se supo superior en muchos tramos en un atosigante esfuerzo defensivo que minimizó el impacto de la constelación de estrellas que adornan la plantilla estudiantil, y en el que entró ganando de cinco puntos en el último minuto.

Pero ni aún así le ha servido. En la atropellada película de una crónica de la que iba a ser la de una gran mañana en Pumarín la sensación es la de orgullo por un grupo de profesionales que se ha dejado la piel pero que ha revivido un cruel desenlace. Es difícil alabar en la derrota, hoy es el día.

Y qué decir de Pumarín. Qué incómodo es. En la mudanza a Ventanielles habrá que enterrar un ladrillo caravista de los que salen en el plano master de la tele para que los 1.300 de hoy tengan un cable a tierra y los jugadores recuerden que les lleva en volandas un público henchido de fe y sin garganta.

Porque la presentación ya fue de guerrilla. Pumarín Sierra Maestra. Un 7-0 de parcial culminado con triple de Lobaco y con un cinco inicial pleno de energía: Valinotti -que celebra cumpleaños-, Raúl, Amarante, Menuge y Nweke cambiaban todo en defensa y secaban a los visitantes para el 9-5 momentáneo. A tirones, pero con la lección aprendida y ejecutada y luego bien ayudados por Mikel Sanz el plan iba acercándose a la perfección: al enemigo ni agua y 20-19 para cerrar el primer cuarto.

Una defensa de cambios asfixiante para negar la mejor virtud de Estudiantes: el tiro de tres a pies parados. Conceder dentro, no fuera y romper indirectos y, en estas, en la espesura del nivel físico puesto por el OCB, el criterio arbitral comenzó a zapar la labor de contención local. Con 8 minutos en el reloj del segundo cuarto Javi Rodríguez vio una doble técnica por protestar un codazo en el cuello sobre Duscak. Técnica y técnica. Pim, pam. El técnico del OCB tuvo que irse a ver el partido encerrado en su despacho.

Tomaba, entonces, las riendas Mikel Ereño, y con una papeleta importante: Era un 23 a 29 y todo se podía haber roto. Pero no. El equipo se repuso con los mejores minutos de Martí y la pujanza de Nweke (17 puntos, 5 rebotes, 20 de valoración). Y con un triple de Amarante y una canasta de Valinotti el OCB seguía mandando al descanso: 43-37.

Como siempre, la duda estribaba en el potencial del rival a la vuelta de vestuarios, ese momento que suele desenredar partidos como ovillos y los de Pedro Rivero casi lo consiguen. Empate a falta de cinco minutos mejorando sus prestaciones. Pero el OCB encontraba la forma de hacer daño y volver a mandar 55-49, con un Nweke que comienza a dar destellos de su potencial.

Y ya en el último, el guión lo seguía escribiendo el cuadro local. Todo más peleado, todo más apretado pero siempre el OCB por delante hasta el último minuto, 76-71. Sin embargo, Estudiantes, más fresco de ideas y de piernas en el tramo decisivo levantaba un partido con un parcial incontestado por los ovetenses: 76-78.

En suma, una derrota de la que sacar provecho por el nivel mostrado y que habrá que hacer buena en lo que sigue: Por de pronto, visita a Betis Baloncesto el próximo viernes.

Parciales: 20/19, 23/18, 18/23, 15/18 

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