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UN AÑO DEL SUEÑO DORADO

Tras nueve años desde la fundación del club y con un proyecto ajeno al ascenso, el Unión Financiera Baloncesto Oviedo cumplió un sueño hace un año, el 9 de marzo de 2013, cuando se hizo con el ascenso directo a la Adecco Oro en Las Palmas de Gran Canaria.

Tras una temporada llena de euforias y alegrías, llegó uno de los momentos claves, el partido de la vigésima octava jornada en Guadalajara. El equipo necesitaba ganar de cinco puntos o más para aventajar a su máximo rival por la primera plaza, el CEBA Guadalajara. Se logró, al más puro estilo Pumarín, de forma épica, forzando la prórroga en el último minuto, y con una victoria que puso el ascenso en la palma de la mano, uno de esos momentos para el recuerdo: “fue la culminación de un sueño y de muchos años de lucha, como cuando la chica que te gusta te dice que si” expresa el Presidente del Unión Financiera Baloncesto Oviedo, Fernando Villabella, quien rememora el partido de Guadalajara como si fuese ayer.

Pero todavía no estaba el ascenso conseguido. El equipo tenía por delante cuatro jornadas y necesitaban mantener la primera plaza de la clasificación que daba el ascenso directo a la Adecco Oro. No tardó mucho tiempo en cumplirse el sueño. Dos jornadas más tarde, la vigésima, y lejos de la capital asturiana, el Unión Financiera Oviedo Baloncesto se citaba con su propia historia. Si ganaba contra el Gran Canaria 2014, el sueño se haría realidad. El equipo volvió a demostrar ser una piña y consiguió ganar el partido mucho antes de lo previsto. Al descanso la diferencia ya de veintiocho puntos (24-56) plasmaba lo que veinte minutos más tarde se confirmaría. Fran Cárdenas, Diego Sánchez, Cheick Conde, Adrián Macía, Agustín Prieto, Víctor Pérez, Ricardo Pámpano, Héctor Macía, Will Hanley, Carles Marzo, Ola Atoyebi y Raúl Quirós consiguieron hacer historia en el club ovetense y llevar al Unión Financiera Oviedo Baloncesto a donde nadie había pensado al inicio de la competición.

La sidra tardó poco tiempo en llegar al vestuario y celebrar al más puro estilo asturiano el título conseguido. Para los jugadores, los entrenadores Guillermo Arenas y Agustín Munárriz y el delegado Julio Rocha, ‘Julito’ quedarán esos momentos de celebración en la pista del Centro Insular.

Hasta ese momento Pumarín había sido el escenario de todos los ascensos del equipo. La historia cambió y con ello el porvenir del equipo. La llama que se había prendido hace nueve años fue avivada con cada victoria, llegando a su máxima intensidad en Canarias, donde comenzó una nueva etapa para el club. El Unión Financiera Baloncesto Oviedo escribió su historia, pasando de luchar en la Adecco Plata a disfrutar de la Adecco Oro. 365 días después el sueño sigue vivo.

Los protagonistas de la mayor hazaña en la historia del club ponen voz a sus recuerdos:

FRAN CÁRDENAS: “Recuerdo una sensación de mucha alegría, satisfacción, orgullo, de haberlo dado todo y del trabajo diario bien hecho. También me acuerdo que se me vino a la cabeza y me acordé de todas esas personas que ya no están conmigo y que de una forma u otra me ayudaron”.

DIEGO SÁNCHEZ: “Fue una satisfacción muy grande y una sensación de culminación de mucho trabajo”.

ADRIÁN MACÍA: “Me quedo con la alegría de Julito, nuestro delegado, y recuerdo que se me pasaron por la cabeza muchos compañeros que desde nacional hicieron posible aquello y que me hubiese gustado que estuvieran allí. Que al año, justo, estemos clasificados para un playoff de ascenso a la ACB es increíble”.

AGUSTÍN PRIETO: “El ascenso a la LEB Oro fue algo increíble. Para mí fue muy especial porque pude celebrar el tercer ascenso después de tantos años en el club. Recuerdo que después del partido de Canarias nos volvimos locos y no sabíamos ni como festejarlo”.

VÍCTOR PÉREZ: “Recuerdo la celebración en la pista, en el pasillo de vestuarios y sobre todo la cena que tuvimos después donde Julito presentó a cada jugador de una forma muy graciosa. También recuerdo que en el tercer cuarto, cuando íbamos ganado por cuarenta puntos, Julito me comunicó que tenía que pasar el control antidoping en cuanto acabara el partido y para no tener que esperar mucho para orinar y no perderme la celebración, me bebí dos botellas de agua durante el partido”.

HÉCTOR MACÍA: “Me quedo con la celebración en el vestuario, bañándonos con sidra”.

RAÚL QUIRÓS: “Recuerdo la euforia del momento en que pitó el árbitro el final, muchas sonrisas y alegría. Pero no se puede olvidar a los aficionados que fueron a Pumarín de madrugada cuando llegamos a Oviedo”.

GUILLERMO ARENAS: “Es difícil quedarse sólo con un recuerdo pero el más importante es la explosión de sentimientos cuando el árbitro pita el final y sabes que ya es oficial y todo el equipo nos abrazamos en la cancha diciendo: ¡lo conseguimos! Ese momento fue increíble”.

AGUSTÍN MUNÁRRIZ: “Fue un éxito muy importante y pude tener la inmensa suerte de vivirlo con amigos”.

JULIO ROCHA (DELEGADO): “Recuerdo fiesta y alegría”.