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El Alimerka OCB logra el primer triunfo de la temporada

Ni por bulerías, ni alegrías, ni tangos… Por ningún palo fiestero, todo lo contrario: Una seguiriya interminable. O mejor, por mineras. A pura víscera. Desde lo más adentro. Pico y pala. Siempre por detrás, hurgando y respirando polvo hasta encontrar la veta. Muy asturiano todo, vaya, como que aunque parezca mentira como en el taranto de Camarón en Montreux cuando aún le quedaba voz: «Arañaba con la uñas, un niño como un león. Y en una mina mina de Asturias, su padre dentro quedó». Así ha sacado la victoria hoy el Alimerka OCB en Morón de la Frontera: dejándose, con perdón, los ídem y litros de sudor en el camino.

Porque sí, porque el Alimerka OCB ha ganado, por 84-89. Y lo ha hecho en un ejercicio de arrestos, con una rotación de sólo ocho jugadores, en un alarde táctico de Javi Rodríguez guareciéndose más de 15 minutos de la segunda mitad en sendas zonas 2-3 y 3-2 para ocultar sus limitaciones con la baja de Marc Martí y colapsando a un bullanguero local que ha llevado la iniciativa hasta los últimos seis minutos cuando los ovetenses, cansados de hacer la goma, se han puesto por delante para amarrar el partido con la compostura que te da la urgencia y la seriedad.

Se puede decir en rueda de prensa que Ribau (sic), en adelante Francisco Amarante, el año pasado no salía en las estadísticas y no saber que penó lesionado seis meses, pero no se puede no saber que este verano venció con su selección defendiendo a Campazzo y Laprovittola. Se puede, vaya, porque la Primera FEB nunca defrauda en las comparecencias de sus entrenadores. También se puede no saber que el último partido allá abajo de ‘el cuatro’ de Oviedo (sic), en adelante Joaquín Valinotti, fue en cancha de Instituto, en Córdoba (la de allá) y creer que con un tiro de cámara a pie de pista y 800 incondicionales puedes hacer todo muy incómodo, que lo es, pero Gloria sólo hay una y hoy estaba destinada al rosarino.

Un carnaval lo del pibe. Un festival. Ojalá más canchas así, cerquita y puteando -con perdón- y menos plástico en las tribunas para que el de Las Rosas la rompa toda. Ya era hora después de los traspiés de Castelló y Pumarín, todo muy frío. Ha tenido que llegar a Morón para hacer una auténtica diablura. Dibujar un partido casi perfecto y sostener al equipo en los peores momentos. Cuando se iba perdiendo y cuando había que ganar.

Una serie de cuatro, sí, cuatro triples consecutivos de Valinotti en el primer cuarto para establecer el 16-14 han sostenido al OCB en los primeros compases. Apoyado por Mikel Sanz -sobrio y cumplidor como siempre- y un Amarante sacrificado, el OCB se ha ido venciendo 20-22 tras los primeros diez minutos.

Si por dentro Naturavia Morón encontraba demasiados facilidades, si en el segundo cuarto Rodríguez tenía que pedir tiempo muerto a las primeras de cambio tras un 6-0, allí estaba Valinotti que ha acabado con 37 puntos y 38 créditos de valoración apuntando a MVP de la jornada cuando restan dos partidos por jugar.

Las sensaciones no eran malas, los rebotes se peleaban y Morón no tenía demasiadas segundas opciones pero al OCB le faltaba un punto de poso atrás para igualar la contienda. Un 50-42 era demasiado al descanso tras lo visto en la pista. Y en estas, y a la vuelta de vestuarios, Javi dio con la tecla: Iba a ser una cuestión de acierto.

Si tengo al mejor de los 24 en pista y Morón está anotando por encima de sus porcentajes, vamos a complicarlo todo. A ver qué pasa. Y de salida 53-50 en apenas dos minutos con Valinotti desquiciándolo todo. Pero no, no iba a ser a la primera puesto que el local estiraba la renta de nuevo, con excesivas facilidades atrás: 64-52 y otra vez a parar. Ahí apareció Amarante apoyado por un venturoso triple de Lobaco -era el Pilar, tenía que entrar- y 67-61 encarando los últimos 10 minutos.

Y en la definitiva el OCB se encontró a gusto en la zona planteada colapsando a un voluntarioso local. Joaco mandaba y rompía a sus pares, Bercy y Cosialls se mataban por la pelota -de nuevo un desquite el volumen de rebote ofensivo dado la cantidad de tiros que lanza el OCB- y un triple del argentino y otro triple del portugués colocaban el 74-75 a 6:20 por jugar. Uno arriba y por primera vez por delante desde el primer cuarto. Morón no se lo creía pero Amarante sí. Otro más del de Aveiro y luego Mikel, siempre Mikel, otro más. Y con el partido empatado a dos minutos, el poso de llevar 12 años en esta categoría por tres partidos y la presión del escudo y una ciudad detrás, esa, y no otra, ha llevado al OCB a la victoria.

El sábado próximo oportunidad de refrendar el triunfo en Pumarín. Recibimos a HLA Alicante. Las entradas se pueden comprar aquí.

Parciales: 20/22, 30/20, 17/19, 17/28 

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