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El Alimerka OCB recibe a Baloncesto Fuenlabrada

«Esto se lo dediqué a mi barrio que está en la otra punta de Carabanchel, pero este es un marco incomparable para tocar semejante tema». Así abría Rosendo Mercado uno de sus últimos grandes conciertos en compañía de Barricada y Aurora Beltrán para lanzarse al himno del sur del Manzanares que es ‘El Ganador’. Vale que Fuenla no tiene el glamour de General Ricardos pero está cerca -en Metrosur de ese, dos paradas o alguna más, ejem- y su gente es igual de recia o más. De currante, vaya. De las que madruga de verdad. Porque para haber jugado 25 años en ACB siendo el Fuenla hay que criar ojeras. Muchas. Un espejo en el que mirarse bien de cerca porque mañana viene a Oviedo un histórico con más de 120 incondicionales en las gradas a fajarse en ese marco incomparable de ladrillo caravista, cerrando por Rosendo, que es Pumarín. Solo uno puede salir ganador.

Porque ambos conjuntos llegan necesitados. En el caso de los locales, más que por los resultados (tres victorias en un cuarto de liga disputada los proyectan en números de permanencia y cualquiera que sepa algo de esto lo hubiera firmado), por las malas sensaciones en los dos partidos y medio precedentes: el de Castelló, Melilla y la primera parte en Coruña. La segunda en Riazor ya fue otra cosa reverdeciendo sensaciones de pretemporada y aquellos triunfos de octubre contra los buenos. Desde eso se ha trabajado a ritmo trepidante entre semana. Refuerzo positivo y encontrando fortalezas. En caso visitante, porque por nombres y esa vitola de recién descendido las únicas dos victorias aprietan.

Tiene Fuenlabrada una plantilla que libra a libra invita a pensar en playoff. Toni Ten a los mandos, Bellas o el argentino Díaz llevando la manija, el killer Aranitovic, Edu Durán, Van Zegeren o el palentino McGrew. O sea, nombres top de la liga sobre los que construir la remontada. Unos que el OCB va a tener que frenar en seco desde la defensa como bien ha advertido Javi Rodríguez en la previa en las que ha animado a los suyos a pensar poco y pensar mal. Con colmillo, con alegría.

Pensar más en lo que el OCB tiene que ganar en cada partido que en lo precedente. Nada que perder. Alguno que también sabe mucho de esto dice que ojalá no se hubiera ganado tanto antes. Que luego llega la LEB Oro y te pone en tu sitio. Que nos quiten lo ‘bailao’. Ya estamos en ese sitio de la LEB pero con fondo de zurrón; se trata ahora de salir ahí afuera, apretar los dientes y aprender a disfrutar aunque te estén dando hasta en el carné de identidad. Y mañana puede ser así, o no. Al final, como siempre, solo sonreirá uno: el ganador. Y Pumarín es un marco incomparable para tocar semejante tema…