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Primer entrenamiento tras el parón

El Unicaja Banco Oviedo ha vuelto esta mañana a Pumarín para celebrar su primera sesión tras el obligado receso por los casos positivos por covid detectados en la plantilla.

Con todas las medidas de seguridad, el equipo ha comenzado a recuperar el tono físico de manera individualizada y después ha realizado una breve sesión de tiro.

Todo ello con tres jugadores todavía aislados tras las pruebas serológicas practicadas el domingo. Los tres se incorporarán a la disciplina de Natxo Lezkano una vez sus análisis sean negativos.

El contratiempo, que en primer y último término solo perjudica al Oviedo Club Baloncesto al haber tenido que poner en hiato la campaña de Navidad y los packs de entradas vendidos que aseguraban 1.200 espectadores en Pumarín durante las tres fechas de diciembre, parece salvado toda vez el cuerpo médico del club ha actuado rayando la excelencia desde que se detectara el primer caso con una absoluta muestra de transparencia inédita en la competición.

Con estos mimbres el equipo se prepara para recibir a Palmer Alma Mediterrànea Palma el próximo día 29.

Al término de la sesión Natxo Lezkano ha comparecido ante los medios indicando que el brote es «un inconveniente bastante grave para nosotros pero hay que adaptarse a cualquier situación. La realidad que estamos viviendo es esta. Hay muchísimos contagios, nos ha tocado a nosotros, les ha tocado a más equipos y tenemos que ir con cuidado tratando que la vuelta al trabajo sea progresiva; que no sea traumática en forma de lesiones y demás».

«Ahora nos toca iniciar una pequeña pretemporada muy corta y muy rápida y pensar que tenemos un calendario muy complicado (…) nos jugamos mucho en poco tiempo», ha agreegado el técnico vizcaíno deseoso de que los partidos aplazados «se puedan disputar con gente, con ambiente, porque son partidos bonitos, muy difíciles todos y contra equipos muy buenos. El hecho de que el calendario esté más congestionado no se va a notar si estamos bien físicamente».

En cuanto al estado del equipo, Lezkano ha reconocido que es malo tras los diez días sin actividad. «No lo esperábamos de otra manera. Es el primer día que echan a correr después de estar parado y lo normal es que surjan molestias. Están oxidados peros esperamos que en tres o cuatro días estén bien», ha sostenido.

Por último, preguntado por el estado anímico, el entrenador del Unicaja Banco Oviedo ha reconocido que la enfermedad ha supuesto también un golpe en la moral del grupo. «Los jugadores tienen miedo, sus compañeros se ha contagiado, ven que en otros equipos también. Que en la ciudad, en la comunidad autónoma, en el país… los contagios se extienden y como parte de la sociedad que son, lógicamente se preocupan», ha reconocido Lezkano añadiendo que «tenemos muy encima a nuestro cuerpo médico, constantemente haciéndonos recomendaciones acerca de cómo tenemos que actuar y en ese aspecto el cuidado es fantástico. En este aspecto tenemos que estar tranquilos», ha sostenido.