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Remar para morir en la orilla

Quien sepa de remo y de La Concha sabrá que la calle del Acuario es la peor. La que menos ola coge, la más ingrata según te abres a la bahía. La que te hace perder en los últimos metros cuando Orio viene enfilado sobre la mar para ganarte en centésimas. Así le pasó al Alimerka OCB. Eligió el único camino que le había tocado en suerte. La de la calle mala contra la Donostiarra, en este caso Guuk Gipuzkoa y, aún así, estaba en regata hasta el último largo, de brancas.

Ese que se decide por una palada de más, en un triple de menos y que por un mal ceñir en la boya o un despiste en un saque de fondo –otro más-, se te escapa sobre la orilla que preside la Bella Easo. El final, polémico, es lo de menos. Todo hace indicar que la chalupa local iba a llegar con más gasolina después de que la cuadrilla ovetense se dejara los higadillos en cada balón dividido, en cada cambio de soplido de viento.

Porque el final fue nefasto para los de Guillermo Arenas después de haber comandado el choque desde el descanso. Del 60-60 a falta de un minuto y medio no supo salir y el postrer ataque de Romeo y canasta sobre la bocina se sancionó con nada. Nada de canasta, fuera de tiempo, nada de falta, dudosa. 64-63; agur.

O sea, baloncesto poco. Puntos, menos. El partido pasaba por ajustar las postas y apretar el culo al banco, al parqué. Como en Ourense –en Ourense no tienen traineras pero fue lo mismo- como contra todos. Y salió el plan de partido. Ni un metro a Jawoski, ni una concesión a Sollazo. Y así, con un Marc Martí como foco de anotación dentro y con Santana como faro ofensivo, el OCB hizo masticar a Guuk Gipuzkoa un primer tiempo como nunca en la temporada. 30-29 al descanso.

A la vuelta del receso, además, la trampa defensiva planteada por Arenas terminó por colapsar a los locales que, por demérito, entraron además en bonus.  Domènech cortaba pases, Thorir corría el contraataque en esfuerzos que solo se exigen para limitar el talento rival cuando a ti no te sobra nada y el marcador corría en parciales 4-0, 0-4 a cada arreón bien de uno, bien de otro.

Y así, en el último largo, cuando ya se veía la boya de meta, el OCB entró 41-45 en cabeza. Un triple de Chuso abortaba de momento la remontada local, el poso de Fabio sujetaba al equipo (54-56) y una canasta de Romeo hacía entrar en los dos últimos minutos con la chalupilla que es el cuadro ovetense en cabeza pero desfondado. Y no dio más. No se pudo y por las mismas razones. Un despiste, una falta, una canasta fuera de tiempo, el desacierto en el triple.  

Y derrota. Podría haber sido un festejo que alumbrara la permanencia pero tocará seguir de pie para pelearla dos fines de semana más. Por lo pronto, el sábado que viene ante TAU Castelló en Pumarín.

Estadística completa: https://baloncestoenvivo.feb.es/partido/2271924