DestacadasLEB Oro

El Alimerka OCB encara un «vital» partido ante Hestia Menorca

El Alimerka Oviedo Baloncesto afronta mañana (Pumarín, 17 horas, LaLiga+) un encuentro «vital» ante Hestia Menorca en sus aspiraciones en esta temporada de la LEB Oro 23/24. Así lo ha definido Javi Rodríguez en la previa, sabedor de la importancia del choque para unos y otros en sus aspiraciones para lograr el objetivo marcado al comienzo de liga.

Porque al OCB las tres victorias de la semana pasada le han salido caras. A las lesiones de larga duración de Dan Duscak y Francisco Amarante ante Baloncesto Fuenlabrada y Rioverde Clavijo, respectivamente, se suma el golpe en la rodilla recibido por Josep Pérez en el encuentro del pasado domingo en cancha de Real Betis. Un Josep entre algodones toda la semana y a la espera del visto bueno de los servicios médicos para vestirse de corto mañana. Con éstas, el conjunto ovetense ha ido esquivando el puntual virus respiratorio de estas fechas del año con sus fiebres, toses y mocos que han afectado principalmente al cuerpo técnico y que los jugadores han sorteado por fortuna.

Con este panorama y faltos de manejadores, Rodríguez ha citado de nuevo a Fernando Suárez, base del AD Universidad de Oviedo vinculado al Alimerka Oviedo, y al junior Jorge Arias que el año pasado ya tuvo minutos en LEB Oro en aquel encuentro con cuatro asturianos en pista en Palencia: Alonso Meana, los citados Suárez y Arias y el naviego Mario Méndez.

«No hay excusa», ha reiterado un Javi Rodríguez sabedor de la trascendencia del choque ante el colista: «si somos nueve, si somos ocho, si somo siete», ha sostenido, para establecer la clave en la «intensidad» y el ritmo y la entereza mostrada en los dos aros la semana pasada ante un Hestia Menorca que transita con un balance de dos victorias y nueve derrotas en este arranque de la liga también accidentado para su parroquia.

Porque es Menorca un conjunto de esos que se le atragantan al Alimerka OCB: Como Melilla o Castelló. Con puntos que aparecen del talento a ráfagas, de anotaciones bajas -a tenor de las estadísticas- y con suficiente potencial para romperte tus esquemas. Así que los siete, ocho o nueve, los que se pongan la casaca azul mañana, lo harán con las orejas tiesas y un Pumarín de nuevo rozando el lleno. Esto tampoco casi nunca falla.