Tardó, pero llegó la primera
El Alimerka Oviedo Baloncesto ha logrado la primera victoria del curso tras imponerse a Leyma Coruña por 93-83 en el, de largo, mejor partido de la temporada para los de Trifón Poch. Un encuentro en el que los locales han sabido reponerse a los arreones de los visitantes tras malograr una renta de 12 puntos en el tercer cuarto. En el último, cuando el balón quemaba, el OCB supo cerrar el partido minimizando su inferioridad en el rebote y con destellos de calidad de cara al aro rival. Un desahogo clasificatorio y una recompensa para el cuerpo técnico y los jugadores tras dos meses de penuria.
El partido comenzó con una correcta puesta en escena del OCB. Dos canastas seguidas de Romeo Crouch y con un punto más de intensidad defensiva que en anteriores envites. Con el 5-6 en el marcador a 7, para el descanso, debutó Thorir Thorbjarnarson al sustituir al propio Romeo castigado muy temprano por faltas.
La misma tónica sucedió con Arteaga que con 16-11 en el marcador y cinco minutos en el luminoso contaba ya con dos faltas y tuvo que ser sustituido por Andrejevic. Descanso, obligado, para el capitán que, en un anticipo, se iba a convertir en fundamental en la secuencia final para sellar la victoria.
Tras un triple de Pruitt que puso la máxima hasta la fecha para el OCB, 19-12, llegó una pequeña pájara defensiva que propició malos ataques y dos triples para Coruña que abrieron un parcial de 0-10 para que a 2:08 para el final del primer cuarto lograran los visitantes darle la vuelta al marcador (19-22).
Tras los ajustes, un triple de Chuso y dos libres de Alonso ponían de nuevo al OCB por delante pero Javi Vega devolvía la ventaja de Coruña con un triple desde media cancha sobre la bocina. Una delicatesen del veterano capitán de Leyma (25-27).
El arranque del segundo cuarto mostró buenas acciones del OCB en defensa. Sin embargo, pérdidas de balón y el poderío interior de los de Epifanio contrarrestaron el buen arranque local. Más: Con una buena lectura del bloqueo y continuación y la tercera falta de Arteaga, Leyma iba a encontrar una vía que podía romper el partido. Al final del primer acto, 40-46 y todo por decidir en la segunda mitad.
A salida de vestuarios se vivieron los mejores minutos del Alimerka Oviedo Baloncesto. Sin querer exagerar. Una delicia de intensidad, compromiso defensivo y arte para tapar los déficits del equipo. Ritmo y puntos. O sea, baloncesto: un equipo. Con un parcial de 12-0 de salida en el que Peñarroya se adueñó del tempo del choque y que le valió ser citado como mejor jugador, la ventaja subió a 6 puntos para los locales.
Todo bien. Tanto, que los dos interiores de Coruña entraban en problemas de faltas y Crouch demostró lo que anunciaba en las derrotas castigando desde el triple: 57-48 y tiempo de Epi.
Thorir, inédito hasta hoy, ponía la máxima 60-50 desde más allá del 6,75. O lo que es lo mismo: el OCB llegaba a su media de puntos de la temporada con 14 minutos por jugar. Todo lo que iba a venir después parecía gratis y la duda estaba en saber si a los locales les iba a llegar la claridad y las patas para aguantar la calidad visitante. Así fue.
La cuenta de las faltas personales de los pívots de Coruña se fue hasta cuatro, respectivamente, y la entrada de Arteaga dio más poso bajo los dos tableros, gran dificultado hoy el rebote para el OCB, manteniendo rentas por encima de los diez puntos hasta el arreón final del la visita que llegó llegó más entero al final del cuarto empatando el encuentro a 69.
Esperaba un último parcial a cara de perro y Pumarín respondió en ese experimento ‘pavlovbiano’ que dice que la gente da si tú le alimentas puntualmente en ambos lados de la cancha.
Eran momentos de agobio para los locales, con carencias en el rebote frente a un Javi Vega que se multiplicaba en el aro rival; y con lagunas en ataque que limitaban las opciones de los de Poch. Apenas un tempranero triple de Romeo y un palmeo de Oliver sumaban en el marcador hasta que pareció Lecesne a falta de 3:34 para empatar a 78.
Con Romeo expulsado, en un cuarto muy perjudicado el OCB por las personales, Leyma Coruña se volvió a poner por delante y con opción de elevar la renta a seis puntos. No fue así. Un triple de Pruitt para el 81-80 a falta de 2:51 alumbraba un parcial de 8-0 con el que el OCB iba logara seis puntos de renta a falta de 1.38. Anotó Peñarroya mas allá de 6,75 y Thorir no se amilanó para hacer explotar una bombita. Además, una correcta sucesión de defensas negaron el hasta ahora el incisivo ataque coruñés en la pintura.
Nota al margen: Los dos últimos minutos de Oliver –en el día que el Alimerka Oviedo Baloncesto y la Fundación Alimerka y Movember anunciaron una colaboración para visibilizar la incidencia de enfermedades en los hombres- son para estudiar en cualquier facultad de ‘Huevología’ (con perdón): Un rebote ofensivo fundamental, un tiro libre y un tapón estratosférico que culminó Pruitt con un triple daban la victoria al OCB.
Ya llueve menos y la sensación con la que los más de 1.000 espectadores de Pumarín de hoy y el equipo y el cuerpo técnico salieron de la cancha fue de alivio y contención. Ni ayer éramos tan malos ni hoy tan buenos. Pero la primera piedra para edificar la salvación está puesta.
Trifón Poch, en rueda de prensa quiso, “felicitar a todos los jugadores y al staff. El jueves fue el primer día (en toda la temporada) en el que estuvimos todos. Estoy muy contento por el trabajo y el sufrimiento de los jugadores, por esta recompensa. Independientemente de los detalles la imagen el equipo que hemos dado hoy es por lo que estamos peleando y trabajando”.
“La clave fue el inicio del tercer cuarto. Ha sido extraordinaria la puesta en acción, ha sido inmejorable. Creer que podemos y tenemos esa capacidad. Cuando pierdes tanto los jugadores dejan de creer en sí mismos, de no lo que tienen y esos momentos nos han alimentado para entrar en ese momento final con convicción y las ideas claras y esa creencia de que podíamos conseguirlo”, ha añadido.
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