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¡OCB, ganbatte!

En lo más oscuro de octubre, con la plaga de lesiones minando la moral del equipo y afuracando el hoyo de la clasificación, el grito de guerra del Alimerka Oviedo Baloncesto devino del ¡un, dos, tres: OCB! al ¡OCB, ganbatte! Un exotismo que, sin embargo, recoge en su génesis y asunción por parte de la plantilla buena parte de las virtudes que alumbran al grupo humano que trabaja de lunes a domingo en Pumarín.

Para empezar, la experiencia internacional del entrenador, Trifón Poch, que se trajo de su estadía en Japón ese palabro, ‘ganbatte‘; que quiere decir, en ese recipiente de significados a los que aluden los significantes orientales, todo lo contrario al ‘good luck’ o el ‘mucha mierda’ de las corralas del Siglo de Oro. El ganbatte apela a aquello que sucede y depende del esfuerzo personal. Frente a la convención de desear suerte antes de un examen o de una entrevista de trabajo o al inicio de una competición, los japoneses usan la expresión ganbatte para exhortar a una persona a esforzarse desterrando de esta manera cualquier tipo de eventualidad ajena en el devenir del resultado y apelando a los recursos y esfuerzos del jugador y del grupo como único camino hacia el éxito.

El equipo, como decimos, asumió el grito que cierra cada sesión de entrenamiento e inaugura cada partido cuando podría no haberlo hecho, rebelarse o pasar del tema. Pero lo hizo y se rehizo. ¿Por qué? Porque no le sobraba nada. Pedir buena suerte es ir a Covadonga a poner velas para que no se lesione nadie – y es gratis, salvo la gasolina-. ¡OCB, ganbatte! significa lo contrario: arremangarse, no poner excusas y salir a cada partido con la convicción de que lo que está en tu mano lo vas a poner.

Por qué esta larga introducción en vez de decir que el rival de mañana, Grupo Alega Cantabria, ha ganado 2 de 6 partidos en la carretera, que el Alimerka OCB sigue siendo el equipo menos anotador de la liga, de que los porcentajes entre ambos conjuntos están razonablemente igualados y que quien se lleve el rebote ofensivo tiene mucho trecho ganado entre dos equipos que están entre los cuatro que más balones recuperan de la liga; pues porque el propio Poch ha hecho alusión al grito de guerra de los ovetenses en la previa.

Y lo ha dejado clarinete acerca de la preparación del partido ante el décimo clasificado y que llega con 8-8 de balance: «Sobre todo tenemos preocuparnos de nosotros mismos y mantener el nivel de competitividad que hemos sido capaces de poner sobre la pista», ha indicado Poch a preguntas de los periodistas. «Nosotros debemos dar el primer paso siempre y no esperara a que las cosas nos vengan de fuera», ha añadido inquirido por el apoyo de Pumarín a lo que ha agregado que «esa es la filosofía del ganbatte, del grito del equipo. No esperamos a que las cosas nos vengan del cielo sino dar lo mejor de ti mismo. Ese es nuestro lema en la situación de lesiones que arrancamos y eso es lo que hay que poner. Sabemos que vamos a tener apoyo pero que tenemos que dar el primer paso y demostrar que nos vamos a partir la cara por el equipo».

En cuanto al capítulo de enfermería, Poch también ha aclarado que Romeo Crouch se ha sumado paulatinamente a los entrenamientos durante la semana y que Marc Peñarroya, baja de última hora en la derrota precedente en Castelló, hoy ha completado su primera hora de entrenamiento. De ambos se espera que sean de la partida ante los torrelaveguenses que en su última visita a Pumarín, en el primer encuentro de pretemporada para el OCB, se llevaron la victoria por 80-85.

Con todo el trabajo hecho durante la semana de entrenamiento, el OCB se aferra a sus principios para tratar de acabar la primera vuelta fuera de puestos de descenso en el compromiso que arranca mañana a las 19 horas (Pumarín, Vinx TV, LaLigaSoprtsTV) ante una de las revelaciones de la temporada, Grupo Alega Cantabria.

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